Capitán de Fragata Benjamín Muñoz Gamero

 

Uno de los jefes más destacados de la Marina por su amplia y superior cultura, conocimientos profesionales y dedicación a la investigación geográfica y consiguientes exploraciones de la mitad del siglo XIX, cuyo nombre está inmortalizado en el martirio.

 

Siendo Gobernador de Magallanes, fue víctima de la increíble ferocidad de un asesino, llamada Miguel José Cambiazo, quien acaudilló un sangriento motín en la prisión de Punta Arenas, en 1851.

 

Don Benjamín Muñoz Gamero nació probablemente en Mendoza el día 31 de marzo de 1817, aun cuando hay biógrafos que dicen que nació en Santiago. Se dice que probablemente, porque sus progenitores formaban parte de los exiliados en esa ciudad después del desastre de Rancagua, en 1814.

 

Su padre era don Manuel Muñoz Urzúa, chileno, coronel de milicias y vocal de la Junta Gubernativa y su madre doña Tomasa Alonso Gamero y Toro, también chilena, de la vieja nobleza española.

 

A los catorce años, en enero de 1834 ingresó a la Academia Militar, que entonces dirigía el Coronel Pereira. Dos años más tarde, finalizados sus estudios, el 1o. de octubre de 1836 se incorporó a la Armada como Guardiamarina, embarcándose en el bergantín "Aquiles", que comandaba el Capitán de Navío don Robert Winthrop Simpson.

 

En ese buque participó en las acciones navales de la Guerra contra la Confederación Perú-boliviana, en su primera campaña. Luego siguió bajo las órdenes del Capitán de Fragata graduado don Santiago Jorge Bynon, en el mismo buque, donde le correspondió ascender a Teniente 2do., por su excelente desempeño. Fue nombrado más tarde Comandante interino del bergantín goleta "Janequeo" , buque con el cual recorrió las costas hasta Guayaquil.

 

Tres años después fue ascendido a Teniente 1o. y destinado a perfeccionarse profesionalmente en la escuadra inglesa, embarcándose en 1842 en la corbeta "Carysfort". A bordo de este buque se hizo notar por su destacada preparación, mereciendo por ello que se le confiara el mando de la goleta "Victoria", un honor muy especial, para llevar a Valparaíso documentos al Contralmirante Thomas, Jefe de la Estación Naval Británica en el Pacífico.

 

Dos años sirvió Muñoz Gamero en la Marina británica y regresó a Chile en abril de 1844.

 

Nombrado Comandante de la goleta-queche "Magallanes" partió a atender la colonia en el Estrecho. En la nave se consagró a diversos estudios y a desempeñar varias comisiones importantes.

 

El 18 de julio de 1845 ascendió a Capitán de Corbeta y fue nombrado Comandante del bergantín goleta "Janequeo", en el cual hizo muchos viajes por la costa de Chile distinguiéndose siempre por su actividad.

 

Trasladado a Chiloé, en noviembre de 1849 exploró la faja de territorio entre el seno de Reloncaví y el lago Llanquihue.

 

Creyendo encontrar el gobierno del General Manuel Bulnes Prieto, un hombre destacado y entusiasta para el engrandecimiento de la colonia de Magallanes - una de sus obras más significativas, en enero de 1851 lo nombró Gobernador de aquella región, en términos muy honrosos para el joven Comandante.

 

Una vez en el puerto de incipiente población, el 24 de abril, se consagró por entero al progreso de la colonia. Allí trabajó un Diario de noticias náuticas, geográficas y observaciones meteorológicas, que fueron publicadas años más tarde, en 1859, en los "Anales de la Universidad de Chile" con el título de "Clima del Estrecho de Magallanes".

 

Pero, cuando la colonia gozaba de una progresiva prosperidad, no obstante constituir un destierro para muchos, el país se vio enlutado por una revolución fratricida y no teniendo el Comandante Muñoz Gamero carácter para odiar, buscar resentimientos ni menos perseguir a nadie, prefirió continuar su trabajo productivo y olvidar la lucha que se libraba en el centro del país.

 

Lamentablemente al hacerse cargo de la Gobernación se encontró con un hato de presidiarios y confinados políticos, llevados allí por constituir un peligro público y que en su aislamiento no causarían zozobras al gobierno. Aprovechando el momento que se vivía en el norte, o mejor, que se vivió en el norte, pues la revuelta fue sofocada, buscaron como pretexto apoyar la revolución del General José María De la Cruz y Prieto.

 

El 17 de noviembre de 1851, los trescientos delincuentes allí confinados se levantaron en un motín militar, encabezado por José Miguel Cambiazo, Teniente de Artillería de la guarnición de la colonia, un hombre de inconcebible crueldad y sadismo, asesino desalmado, borrachín pendenciero, ladrón y codicioso.

 

Este bandido y su cohorte de rufianes se tomaron el cuartel y apresaron al Gobernador. En eso llegó una barca norteamericana y Muñoz Gamero, en la esperanza de alcanzarla y recuperar con su auxilio la autoridad que le habían arrebatado, se fugó de Punta Arenas, acompañado del capellán del cuartel, once hombres más y una mujer.

 

Había en la playa un solo bote, en el cual había desembarcado el capitán de la barca, a pedir instrucciones al Gobernador sobre el desembarque de nuevos reos confinados a la colonia de Magallanes.

 

Lamentablemente, el bote tenía un solo remo y Muñoz Gamero en un empeño infructuoso de alcanzar la barca, fue arrojado por un temporal a Tierra del Fuego, donde él y sus hombres tuvieron que rechazar repetidos ataques de los indígenas.

 

Como de día en día éstos aumentaban, decidieron volver al continente y después de largas penurias, pudieron desembarcar en Agua Fresca, en la costa occidental del Canal Ancho, del Estrecho de Magallanes. Allí los fieles compañeros del Gobernador le rogaron que tratara de huir de los amotinados, pero él creyó encontrar algún medio de recuperar la colonia confiada a su mando.

 

Casi muerto de hambre y herido por una lanza de los indios fueguinos, prefirió afrontar el peligro y atacar a los sublevados en sus propios fuertes. Dominado por esta idea y acompañado sólo por el capellán Acuña, rehusó huir y ambos se ocultaron en el bosque.

 

Al día siguiente, un explorador de Cambiazo descubrió la chalupa que condujera a los fugitivos y dio aviso al jefe revolucionario, quien despachó cuatro individuos armados para aprehenderlos.

 

Extenuados por diez días de lucha y fatiga durante los cuales no habían tenido otro alimento que yerbas y mariscos, cayeron en manos de sus perseguidores. Muñoz Gamero fue inmediatamente sentenciado a muerte y encarcelado.

 

Aduciendo mil engaños para deshacerse del Gobernador, Cambiazo lo hizo fusilar esa misma noche junto al padre Acuña.

 

El cadáver de Muñoz Gamero fue echado a una hoguera.

 

Tal fue el fin de uno de los marinos chilenos más ilustrados de su tiempo, cuyos indiscutibles méritos le prometían un brillante porvenir.

 

Aquel motín fue la pesadilla de media generación. Cambiazo fue fusilado en Valparaíso en 1852 a la vista del público en el Cerro de la Cárcel.

 

El ilustre Comandante Muñoz Gamero pasó a ocupar un sitio entre los mártires de la Armada.

 

Fuente: www.armada.cl

Madre de Benjamin Muñoz Gamero